Como era bien sabido que detesto por igual a hombres y mujeres, izquierdistas y derechistas, nacionalistas españoles y nacionalistas catalanes… me eligieron como relator en un casting público retransmitido por TVE entre ‘Master Chef’ y ‘Operación triunfo’, quedando por delante de escritores tan brillantes como Mario Vargas Llosa o Lluis Llach, Haruki Murakami (los dos primeros rechazados por su ideología, más que evidente, y además Lluis advirtió que pondría instrumentos a su relato, cosa que no queda nada seria ante la ONU, y el chino también descartado porque no se iba a enterar de nada). Yo juré sobre la Biblia, la estelada y la bandera española que describiría la realidad tal cual, con la frialdad de una impresora y con la diligencia y objetividad de un taquígrafo. A continuación mi relato de aquel proceso de paz:
Desde hace unos 15 años no salgo en nochevieja, esté soltero, casado, emparejado o viudo. Podría salir de discotecas y afters los 364 días restantes del año, que yo en nochevieja me quedo en mi casa, no me tomo las uvas, por supuesto, ni estoy pendiente del reloj.
Las femiDistas esperan que maltrate, pegue y asesine a una o varias mujeres para darles la razón en la asociación ‘lógica’ de ‘si no eres femiDista eres un machista maltratador asesino’. Pero no sé si podré estar a la altura de sus expectativas, pues soy bastante tímido, fóbico social y algo neurótico.
Hace poco me metí en un post de un izquierdista religioso llamado José Daniel Espejo a tocar los cojones. Es mi segunda afición favorita después de meter el dedo en el ojo a los femiDistas. Después de eso ya están los gatos como pasiones principales. Los Asperger somos así de obsesivos y limitaditos.
Por Enrique Rubio